

Vengo de largas batallas, en el campo de lo masculino, hacerme profesional, recorrer el mundo de las conquistas, largos paseos de heroísmo, muchos logros en terrenos liderizados por los hombres. Muchos espacios de silencio, poca voz real, muchas máscaras de supervivencia. Cantidad de “deberías” y listados de organización. Metas, objetivos y ocultando la profundidad de mi alma, mi sentir y vulnerabilidad: vengo de terrenos áridos, que dejaron de florecer. De noches tapando sueños, magias, encantamientos, seducción y femenino. Vengo de alá del masculino herido, que valía si hacía, lograba, se desgarraba. Con el triunfo del cansancio, y con lágrimas desbordadas.
Por eso sé lo que sientes y ahora te puedo acompañar a salir de la aridez.











